Maduración, activación y diferenciación de los
linfocitos T
GRUPO #2
El receptor
clonotípico de las células T (TCR) presenta dos funciones principales según la
fase de desarrollo en que se encuentra la célula dentro del linaje de los
linfocitos T que son:
1.
Durante la
maduración de los timocitos en el timo, participa en la selección tímica
positiva y negativa.
2.
Una vez que
el linfocito T ha madurado, emigra a la periferia, y entonces el receptor
participa en el reconocimiento de antígenos, lo que desencadena un programa de
activación que lleva a la proliferación y diferenciación de las células T en
dos subclones: uno de células efectoras, y otro de células de memoria.
Refiriéndonos
a los linfocitos con receptores de tipo a b, podemos hacer un avance
resumido de estos procesos de maduración y activación:

Existe dos
fases finales de la maduración que es la ruta de desarrollo diferente que
generan dos subpoblaciones: linfocitos CD4+ restringidos por MHC-II
y linfocitos CD8+ restringidos por MHC-I.

El Timo es cuando surge el inicio del
desarrollo embrionario a partir de capas ectodérmicas y endodérmicas
procedentes del tercer bolsillo faríngeo y de la tercera hendidura branquial.
Estas dos estructuras se invaginan, y se cierran, y las dos capas quedan
superpuestas, de modo que la ectodérmica rodea a la endodérmica, formando el
llamado rudimento tímico.


El rudimento tímico atrae entonces a células de origen
hematopoyético, que lo colonizan: células dendríticas, macrófagos y precursores
de timocitos.
Al nacer, los humanos tienen ya plenamente
desarrollado el timo.


Los ratones, al nacer, aún no han terminado de formar
el timo adulto.
El primer
marcador de superficie en aparecer en ratón es el Thy-1 equivalente al CD2 de
humanos, que ya no se pierde por lo tanto, se trata de un marcador que
caracteriza al linaje de T. Estas células Thy-1+ CD4- CD8- dobles
negativas pueden escoger dos vías alternativas:
1.
En una de
las dos rutas, las células hacen reordenaciones productivas
de g y d y expresan CD3 en su membrana. Suponen sólo <1%
de los timocitos. Son las primeras en aparecer: se detectan al día 14 de
gestación, pero desaparecen al nacimiento
2.
La mayoría
escoge una vía alternativa, que discurre de la siguiente manera:







Estas
poblaciones abandonan el timo como linfocitos T maduros
inmunocompetentes vírgenes, y circulan por la periferia, pudiéndose establecer
en órganos linfoides secundarios ganglios y recirculando continuamente entre
sangre y linfa, a la espera de que en uno de sus asentamientos en ganglios
llegue a encontrar su antígeno; si no lo encuentra, muere al cabo de unas 5 a 7
semanas.
Localización intratímica de las
diversas fases madurativas:
Los
timocitos doble negativos se localizan en la zona subcapsular de la corteza.
Los pequeños
timocitos dobles positivos se localizan en la corteza.
Los
timocitos maduros CD4+ y CD8+ se ubican en la médula.

Selección tímida positiva y negativa
En ambos
procesos selectivos parecen jugar un papel importante las células del estroma
tímico: células epiteliales tímicas, macrófagos y células dendríticas; todas
ellas expresan en sus membranas grandes niveles de moléculas MHC-I y/o MHC-II.
Los timocitos inmaduros dobles positivos (CD4+ CD8+ TCR+ CD3+) interaccionan,
por mecanismos aún oscuros, con estas células estromales, lo que conduce a la
selección positiva y negativa.
En la
selección positiva se da interacción de los timocitos con células epiteliales
corticales del timo. Algunos autores han sugerido la interacción de los
timocitos inmaduros dobles positivos con dichas células epiteliales por medio
del TCR restringido por MHC podría conllevar algún tipo de señal protectora que
librara a estos timocitos de la muerte celular programada; en cambio, la
apoptosis afectaría a los timocitos no restringidos por MHC propio.
De los
timocitos que sobreviven a la selección positiva algunos llevan TCR de baja
afinidad hacia auto-péptidos presentados por MHC, y otros llevan TCR con alta
afinidad hacia auto-péptidos presentados por ese MHC: estos últimos sufren
selección negativa, que ocurre en la zona de transición cortico-medular y en la
médula tímica, y en la que las células dendríticas y los macrófagos
interaccionan con los timocitos portadores de TCR de alta afinidad hacia
{autopéptidos-MHC} o hacia MHC solo.
La activación y expansión clonal de TH es
un acontecimiento central en la producción de las respuestas inmunes
específicas (tanto la humoral como la celular).
Algunas ideas generales:





El TCR tiene
colas citoplásmicas cortas que por sí mismas son incapaces de señalización
intracelular. Una vez que dicho TCR se une al péptido:MHC, esta señal se
transduce al interior de la célula T por medio de los dominios citoplásmicos de
CD3, el correceptor CD4 y varias moléculas accesorias (CD2, CD45). Dicha
transducción de señal se realiza por medio de una serie de proteín-quinasas y
proteín-fosfatasas.
Proteín-quinasas de la familia del
protooncogén src
- Proteína p56lck





- Proteína p59 fyn



Fosforilasa ZAP-70



Fosfatasa CD45 (=LCA=T200)











A. Ruta del
inositol-trifosfato (IP3):
· El IP3 se une a un receptor específico situado en el REr, provocando la
salida al citoplasma de grandes cantidades de Ca++, y junto con IP4 provoca
también la entrada desde el exterior celular, a través de canales de calcio de
la membrana citoplásmica, de más cantidades de este catión.
· El aumento intracelular de Ca++ estimula a la enzima
calmodulina, que es una serín/treonín-quinasa
· La calmodulina activada activa a su vez a la calcineurina, que es una
fosfatasa
· La calcineurina activada cataliza la desfosforilación del factor NF-AT
citoplásmico fosforilado (NF-ATc-P).
· Una vez desfosforilado, el NF-AT emigra al núcleo, donde se junta con el
factor nuclear AP1, formando entrambos un factor de activación transcripcional
de varios genes, entre ellos el que codifica la citoquina IL-2.
- Ruta del diacilglicerol (DAG):
· El DAG estimula, junto con el Ca++, a la proteín-quinasa C (PKC), que hasta
ese momento residía en el citoplasma.
· Al activarse, la PKC emigra a la cara interna de la membrana citoplásmica;
allí, en presencia de los fosfolípidos, ejerce su función como
serín/treonín-quinasa:
- fosforila una amplia variedad de proteínas, entre las cuales se encuentra la codificada por el protooncogén ras. La proteína Ras a su vez inicia otra cascada de fosforilaciones que llega hasta las quinasas MAP. Estas quinasas parece que emigran al núcleo, donde activan por fosforilación a factores de transcripción.
- otra de las consecuencias de la actividad PKC es que se fosforila el componente inhibidor del factor NF-k B que estaba retenido en el citoplasma.Al fosforilarse, el componente inhibidor queda a merced de unas proteasas, que lo degradan. Es entonces cuando el NF-k B puede emigrar al núcleo y unirse a secuencias específicas del promotor del gen de IL-2 y de otros genes.
Además de las señales suministradas a partir del
contacto entre el complejo TCR-CD3 con el péptido-MHC, la activación del
linfocito TH requiere una señal adicional, denominada
coestimulatoria, que puede consistir en alguna de las siguientes:



B7 (=CD80) consta de dos cadenas idénticas con dos dominios de tipo Ig. Se
expresa exclusivamente en células presentadoras de antígeno capaces de
estimular a linfocitos T. Se puede presentar en dos versiones estructuralmente
parecidas, denominadas B7.1 y B7.2.
La CD28 es una
glucoproteína homodimérica, cuyo monómero pesa 44 kDa, presente en linfocitos TH en
reposo. Cada cadena presenta un dominio de tipo V-Ig, y está muy glucosilada.
Tiene afinidad baja hacia la B7.
La CTLA-4 está
codificada por un gen cercano al de la CD28, presentando ambas grandes
homologías. Pero la CTLA-4 sólo se expresa en linfocitos TH activados,
siendo su afinidad muy alta hacia la molécula B7. Parece que interviene en las
interacciones entre TH y B
La
interacción entre CD28 y B7 ejerce un efecto sinérgico sobre la señal
transmitida desde el complejo TCR-CD3, de modo que aumenta la producción de
IL-2 y la proliferación de linfocitos T coadyuvantes.
Tras la interacción del linfocito TH con el péptido
enclavado en el surco de MHC-II de una célula presentadora de antígeno, se pone
en marcha unas rutas que conducen a la activación de una serie de genes.
Los genes que se activan se pueden clasificar según el momento relativo de
su expresión, en tres categorías:
- Genes de expresión inmediata (una media hora). Estrictamente hablando, estos genes no se activan, sino sus productos ya preformados.
- Genes de expresión temprana (1 a 2 horas): son esencialmente los que codifican las citoquinas IL-2 (así como el gen de su receptor IL-2R), IL-3, IL-6 e interferón gamma (IFN-g).
- Genes de expresión tardía (hasta 2 días o más): los que codifican ciertas moléculas de adhesión intercelular.
Para que se produzca la expansión clonal de los linfocitos TH se
necesita un incremento en la expresión del gen de la interleuquina 2 (IL-2) y
de su receptor (IL-2R). En esta tarea interviene una serie de proteínas
reguladoras y factores de transcripción que se unen a secuencias específicas de
la zona 5’ no codificadora (promotor/intensificador) de los correspondientes
genes:





La unión de un linfocito
TH con un complejo péptido-MHC II de una célula presentadora de
antígeno puede conducir a dos tipos de respuestas opuestas:


La anergia clonal es
la incapacidad proliferativa de un linfocito tras un contacto con el complejo
péptido-MHC, y se debe a la carencia de la señal coestimulatoria proporcionada
por la interacción entre CD28 del linfocito TH y B7 de la APC.
No se trata de una mera no-respuesta pasiva, sino que la anergia es un estado
activo de no proliferación. Para ilustrar estas ideas, nos remitimos a unos
experimentos:
·
Si ponemos en contacto linfocitos TH con
APC fijadas por glutaraldehido (y que por lo tanto no expresan moléculas B7 en
su membrana), el linfocito entra en anergia. Esto se debe a que aunque ha
contactado por su complejo TCR-CD3 con el péptido-MHC (señal #1), la APC no le
ha suministrado la señal coestimultoria (señal #2), con lo que el TH produce
poca IL-2.
·
Si ponemos en contacto linfocitos TH con
APC fijadas por glutaraldehido (y que por lo tanto no expresan moléculas B7 en
su membrana), el linfocito entra en anergia. Esto se debe a que aunque ha
contactado por su complejo TCR-CD3 con el péptido-MHC (señal #1), la APC no le
ha suministrado la señal coestimultoria (señal #2), con lo que el TH produce
poca IL-2.
·
Si ponemos en contacto linfocitos TH con
APC fijadas por glutaraldehido (y que por lo tanto no expresan moléculas B7 en
su membrana), el linfocito entra en anergia. Esto se debe a que aunque ha
contactado por su complejo TCR-CD3 con el péptido-MHC (señal #1), la APC no le
ha suministrado la señal coestimultoria (señal #2), con lo que el TH produce
poca IL-2.
El requerimiento simultáneo de ambas señales implica que sólo las APC
profesionales pueden iniciar las respuestas inmunes dependientes de células T.
Ello es importante para evitar la autoinmunidad. Como se recordará, no todos
los clones de T potencialmente autorreactivos son eliminados durante la
maduración tímica. Los clones que "escapan" podrían en principio
reconocer auto-péptidos en cualquier célula propia (señal #1), y luego
interaccionar con una APC, que les suministraría la señal coestimulatoria
(señal #2), con lo que se activarían, iniciando una peligrosa reacción de
autoinmunidad. Pero como hemos visto, la realidad es que para que un linfocito
T virgen sea activado, se le deben suministrar las dos señales al mismo tiempo
y en la misma célula, y este criterio sólo lo cumplen esas células
presentadoras profesionales. De esta manera, se evita la autoinmunidad, y de
hecho, si la célula T reconoce un autopéptido en ausencia de la señal de B7
entra en anergia, con lo ese clon será autotolerante.

Un 90-95% de las células
T periféricas son de tipo a b (o sea, TCR-2), existiendo una proporción de CD4+
doble que las CD8+. En general, las CD4+ funcionan como células T coadyuvantes
(TH) y las CD8+ lo hacen como T citotóxicas (TC), aunque parece que ambas
poblaciones expresan el mismo repertorio de segmentos variables (Va y Vb ).
La población
circulante (periférica) de células T consiste en T vírgenes, T efectoras y T
memoria.
Las células T CD4+ y
T CD8+ vírgenes inmunocompetentes que acaban de madurar
abandonan el timo y entran en circulación en un estado de reposo (G0 del
ciclo celular). Se caracterizan por:
·
bajos niveles de moléculas de adhesión
·
altos niveles del receptor de
alojamiento (homing) llamado L-selectina, que les permite
unirse a la dirigina(addressin) vascular de las vénulas de
endotelio alto (HEV) de los ganglios linfáticos. Esto permite la extravasación
del linfocito virgen hasta el interior del ganglio a partir de la circulación.
·
Expresan la isoforma de alto peso
molecular de CD45 (llamada CD45RA), implicada en la transducción de la señal de
activación.
Veamos un resumen de
lo que pasa con los linfocitos T vírgenes una vez que salen del timo:



Interacciones
celulares que conducen eventualmente a la activación del linfocito T:




Unas 48 horas después de su activación, la célula T se convierte en un
blasto y comienza a proliferar en el ganglio linfático, diferenciándose al cabo
de 5-7 días en una subpoblación de células efectoras especializadas y otra
subpoblación de T de memoria. Las células T efectoras pueden ser de tres tipos
funcionales diferentes:



Tipos celulares:




Las T efectoras, como ya sabemos, pueden ser de tres tipos, pero aparte de
que cada uno posee un arsenal específico, todas comparten una serie de
importantes caracteres que las distinguen de las T vírgenes:




Todas las funciones efectoras de las T armadas dependen de que
interaccionen adecuadamente con una célula propia, que llamaremos célula objetivo.








Estos linfocitos no fueron descubiertos hasta 1986, en que se reconocieron
como una pequeña población de células T periféricas que expresan CD3 pero no el
"típico" receptor TCR a b.
Constituyen del 5 al 10% de los T periféricos, y del 1 al 3% de los
residentes en ganglios y otros órganos linfoides. Sin embargo, son muy
abundantes en la piel, y los epitelios intestinal y pulmonar.
En el epitelio intestinal existe una población diferente de linfocitos intraepiteliales
(IEL). Expresan gd , CD3 y CD8, pero carecen de Thy-1 (que como
vimos, es el marcador de linaje de las células T maduradas en el timo). Es
probable que no procedan del timo, sino de la médula ósea.
Estos linfocitos epiteliales no recirculan, sino que son residentes fijos
en esos tejidos epiteliales. Lo curioso es que en cada tipo de epitelio la
población residente de T g d muestra un repertorio muy limitado
de reordenaciones de segmentos variables; además proceden de "oleadas"
distintas surgidas durante la vida fetal.
Los linfocitos Th17:
Son distintos a los Th1 y Th2 y se
caracterizan por producir IL-17, TNF-alfa, IL-6, IL-22 y GM-CSF. Inicialmente
estos linfocitos fueron detectados en infecciones por Borrelia burgdorferi, pero fue su
identificación en enfermedades autoinmunes, lo que causó un gran revuelo e
investigación para caracterizar su proveniencia y función.
Contrastando con el dogma predominante que establecía que los linfocitos
Th1 eran responsables de la patogénesis de la mayoría de las enfermedades
autoinmunes órgano-específicas, se observó que ratones inhabilitados
genéticamente para producir IFN-gamma eran mas susceptibles a desarrollar
artritis y encefalitis que los ratones salvajes control. Igualmente se demostró
que la IL-12, otra citocina asociada con Th1, no era necesaria en la inducción
de la enfermedad autoinmune.
Las células dendríticas activadas después de capturar cierto tipo de
antígenos por la vía de receptores tipo Toll (TLR) producen TGF-beta, IL-6 e
IL-23 induciendo la proliferación de Th17. Estas células, a su vez, secretan
IL-17A e IL-17F, promoviendo el reclutamiento de leucocitos polimorfonucleares
en infecciones agudas o heridas. La IL-17 también promueve la producción de
GM-CSF, IL-6 y TNF-alfa, las cuales sustentan a los linfocitos Th17 que
participan en las lesiones crónicas de enfermedades inflamatorias autoinmunes o
causadas por microorganismos. Estas citocinas también activan a células
epiteliales, endoteliales, estromales y fibroblastos, las cuales a su vez
producen mas mediadores como IL-1, IL-6, TNF-alfa, iNOS, metaloproteinasas y
qumiocinas que inducen inflamación.
Recientemente se ha demostrado que los linfocitos Th17 también participan
en la patogénesis de enfermedades inflamatorias. Blauvelt (2007) propone,
después de una excelente reconstrucción teórica, que la psoriasis debe ser una
enfermedad Th17. De igual manera, los linfocitos Th17 pudiesen ser importantes
en otras enfermedades o desordenes cutáneos caracterizadas por proinflamación e
inmunopatología.
La investigación sobre los Th17 ha permitido señalar tres vías
independientes y exclusivos de respuestas inflamatorias: IL-12/
IFN-gamma, IL-4/IL-5/IL-13 e IL-23/IL-17. La identificación de la vía
involucrada en las distintas formas clínicas o estadios de una enfermedad
permitirá la aplicación de esquemas terapéuticos mas precisos y certeros.
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