Introducción
Las
citoquinas (o citocinas) son un grupo de proteínas de bajo peso molecular que
actúan mediando interacciones complejas entre células de linfoides, células
inflamatorias y células hematopoyéticas.
Sus
funciones son muy variadas, pero se pueden clasificar en unas pocas categorías:
·
Diferenciación y maduración de células
del sistema inmunitario;
·
Comunicación entre células del sistemas
inmunitario;
·
En algunos casos, ejercen funciones
efectoras directas.
En el pasado reciente hubo un
cierto galimatías con la cuestión de su denominación. Así, muchas de las
primeras citoquinas se descubrieron como señalizadoras entre leucocitos, por lo
que se denominaron interleuquinas; otras eran secretadas por
monocitos/macrófagos, por lo que se llamaron monoquinas. Sin embargo, muchas de
esas sustancias son producidas por otros tipos celulares, por lo que se
desaconseja el uso de esas denominaciones, para agruparlas a todas bajo el
concepto de citoquinas. Las quimioquinas (o quimiocinas) son un tipo de citoquinas
de pequeño tamaño, con papeles en la respuesta inflamatoria y la quimiotaxis de
fagocitos.
Propiedades generales de las citoquinas:
Las citoquinas son un grupo de proteínas secretadas de
bajo peso molecular (por lo general menos de 30 kDa), producidas durante las
respuestas inmune natural y especifica. Se unen a receptores específicos de la
membrana de las células donde van a ejercer su función, iniciando una cascada
de transducción intracelular de señal que altera el patrón de expresión génica,
de modo que esas células diana producen una determinada respuesta biológica.
Las citoquinas son producidas por múltiples tipos
celulares, principalmente del sistema inmune. Dentro del sistema inmune
natural, los macrófagos son de las células más productoras de citoquinas,
mientras que en el sistema específico lo son las células T colaboradoras.
La producción de las citoquinas suele ser breve
(transitoria), limitada al lapso de tiempo que dura el estímulo (es decir, el
agente extraño). En muchos casos ello se debe a que los correspondientes ARNm
tienen una corta vida media, que a su vez depende de que las zonas 3´no
traducibles son ricas en A y U.
Considerando las diversas citoquinas, estas pueden
exhibir una o varias de las siguientes cualidades:
·
Pleiotropia
(múltiples efectos al actuar sobre diferentes células).
·
Redundancia
(varias citoquinas pueden ejercer el mismo efecto)
·
Sinergismo
(dos o más citoquinas producen un efecto que se potencia mutuamente)
Por ejemplo la acción conjunta de IL-4 e IL-5 induce
en células B el cambio de clase para que produzcan IgE.
Las citoquinas ejercen su acción al unirse a
receptores específicos para cada citoquina en la superficie de la célula en la
que ejercen el efecto. La afinidad de cada receptor hacia su citoquina
correspondiente suele ser bastante alta, del orden de lo femtomolar (10 -15M)
a lo picomolar (10-12 M).
Utilizando la analogía de lo que ocurre con las
hormonas del sistema endocrino, la acción de las citoquinas se pueden
clasificar en:
·
De
tipo autocrino
·
De
tipo paracrino
·
(en
pocas ocasiones) de tipo endocrino
Las citoquinas ¨controlan¨ el sistema inmune de varias
maneras, que podemos agrupar de la siguiente manera:
·
Regulando
(activando o inhibiendo) la activación, proliferación y diferenciación de
varios tipos de células;
·
Regulando
la secreción de anticuerpos y de otras citoquinas.
Estructura y función de las
citoquinas
Las citoquina son proteínas o
glucoproteinas de menos de 30 Kda. Muchas de ellas pertenecen a la llamada
familia de las hematopoyesis, y tienen estructuras terciarias parecidas: una
configuración a base de un conjunto de cuatro hélices α, con poca estructura en
lamina β.
Generalmente actúan como
mensajero intercelulares que suelen intervenir en la maduración y amplificación
de la respuesta inmune, provocando múltiples actividades biológicos una vez que
se unen a los receptores específicos de las células diana adecuadas.
Principales tipos de respuestas mediatizados
por la acción de las citoquinas:
1. Activación
de los mecanismos de inmunidad natural:
A. Activación
de los macrófagos y otros fagocitos
B. Activación
de las células NK
C. Activación
de los eosinofilos
D. Inducción
de las proteínas de fase aguda en el hígado.
2. Activación
y proliferación de las células B, hasta su diferenciación a células plasmáticas
secretoras de anticuerpos.
3. Intervención
en la respuesta celular especifica.
4. Intervención
en la reacción de inflamación, tanto aguda como crónica.
5. Control
de los procesos hematopoyéticos de la medula ósea.
6. Inducción
de la curación de las heridas.
Receptores
de citoquinas
Estructura
generales de las familias de receptores de citoquinas
Hay
diversos tipos de receptores de membrana para citoquinas, pero se pueden
agrupar en cinco familias:
·
Familia de receptores de citoquinas de
la superfamilia de las inmunoglobulinas, que poseen varios dominios
extracelulares de tipo Ig.
·
Familia de clase I de receptores de
citoquinas (familia de receptores de hematopoyéticas).
·
Familia de clase II receptores de
citoquinas (familia de receptores de interferones).
·
Familia de receptores TNF: sus miembros
se caracterizan por un dominio extracelular rico en cisteínas.
·
Familia de receptores de quimioquinas:
son proteínas integrales de membrana, con 7 hélices α inmersas en la bicapa
lipidica. Interaccionan, por el lado que da al citoplasma con proteínas de señalización
trimericas que unen GTP.
La mayor parte de los receptores de citoquinas del sistema inmune pertenecen
a la familia de clase I. Todos sus miembros tienen en común poseer una proteína
anclada a membrana, con un dominio extracelular en el que hay al menos un
motivo característico llamado CCCC (cuatro cisteínas cercanas en posiciones
equivalentes) y el llamado motivo WSXWS (Trp-Ser-X-Trp-Ser). (Adicionalmente,
algunos miembros poseen dominios de tipo Ig y/o dominios de tipo fibronectina).
Tras su porción transmembrana se encuentra una larga cola citoplasmica con
ciertas tirosinas susceptibles de fosforilacion.
La mayor parte de los receptores
de clase I poseen dos proteínas de membrana:
·
Cadena α, que es la subunidad especifica
de la citoquina, sin capacidad de enviar señales al citoplasma.
·
Cadena β, una subunidad transductora de
señal, que a menudo no es especifica de citoquina, sino que es compartida por
receptores de otras citoquinas.
La
subunidad transductora de señal se necesita para formar el receptor de alta
afinidad, y para transducir la señal al interior. Ello se logra porque tras la unión,
fosforilan ciertas tirosinas de la larga cola citoplasmica de la cadena
trasnductora de señal.
La
subfamilia de receptores a la que pertenece el receptor IL-2 (el llamado IL2-R)
consta de tres subunidades:
·
Cadena α específica de cada citoquina.
·
Dos subunidades (cadenas β y cadena común
уc) transductores de señal.
Esta
versión trimétrica de IL-2R es la que une IL-2 con mayor afinidad, pero en
realidad, el receptor para IL-2 no siempre aparece en esta forma, sino que
existe una forma monomerica (IL-2Rα) de baja afinidad, sin cadenas
trasnductoras, y por lo tanto incapaz de reenviar la señal, y una forma de
afinidad intermedia (IL-2Rβу).
Transducción de
señal.
Recientemente
se han producido avances importantes en el desentrañamiento de la ruta que
conduce desde la unión de la citoquina con el receptor de la célula diana hasta
la activación de la transcripción de los genes cuyos productos son responsables
de los efectos de dicha citoquinas. He aquí un modelo general que se puede
aplicar a muchos receptores de las clases I y II:
1. La
citoquina provoca la dimerización de las dos subunidades del receptor (cadenas α
y β), lo que coloca cercanas a sus respectivas colas citoplasmicas.
2. Una
serie de protein-quinasas de la familia JAK (quinasas Jano) se unen a las colas
agrupadas de las subunidades del receptor, con lo que esas quinasas se activan.
3. Las
JAK se autofosforilan.
4. Las
JAK fosforilan a su vez determinadas tirosinas de las colas del receptor.
5. Entonces
proteínas de otra familia, llamada STAT (iniciales en inglés de Traductores de
señal y activadores de transcripción) se unen a algunas de las tirosinas
fosforiladas de la cola del receptor, quedando cerca de las JAK.
6. Las
JAK fosforilan a las STAT unidas a la cola del receptor.
7. Al
quedarse fosforiladas, las STAT pierden su afinidad por las colas de lo
receptor, y en cambio tienden a formar dímeros entre sí. (las tirosinas
fosforiladas que han quedado libres en las colas del receptor sirven para unir
nuevos monómeros STATs).
8. Los
dímeros STAT fosforilados emigran al núcleo de la célula,
donde actúan ahora como activadores de la transcripción de ciertos genes, al unirse
a secuencias especiales en la parte 5` respecto de las respectivas porciones
codificadoras.
Antagonista
de citoquinas.
La actividad
biológica de las citoquinas está regulada fisiológicamente por dos tipos:
Los que
provocan el bloqueo del receptor al unirse a este y los que inhiben la acción
de la citoquina al unirse a esta.
Como por
ejemplo de bloqueador de receptor tenemos el antagonista del receptor de IL-1
(IL-1RA) este desempeña un papel en la regulación de la intensidad de la
respuesta inflamatoria.
Los
inhibidores de citoquinas suelen ser versiones solubles de los respectivos
receptores (y se suelen denominar anteponiendo una “s” al nombre del receptos).
Algunos
virus han evolucionado (como parte de sus mecanismo de evasión del sistema defensivo
del hospedador) para producir proteínas que se unen e inactivan alas
citoquinas.
Consecuencias
biológicas de la secreción citoquinas por parte de los linfocitos Tн1 y Tн2.
Las
células Tн1 producen IL-2, IFN-у y TNF-β. Son responsables de funciones de
inmunidad celular, destinadas a responder a parásitos intracelulares.
Las
células Tн2 producen IL-4, IL-5, IL-10 e IL-13. Actúan como colaboradores en la
activación de las células B, y son más apropiadas para responder a bacterias
extracelulares y a helmintos. También están implicadas en reacciones alérgicas.
Regulación
cruzada entre Tн1 y Tн2:
·
El IFN-у secretado por las Tн1 inhibe la
proliferación de las Tн2.
·
Por su lado, la IL-10 por las Tн2 inhibe
la secreción de IL-2 e IFN-у por parte de las Tн1. Esta inhibición en realidad
no es directa: la IL-10 produce un descenso marcado de la cantidad de MHC-II de las células presentadoras
de antígeno, que por lo tanto ya no pueden ejercer bien su papel de activar a
las Tн1. Además, las Tн2 inhiben por sus citoquinas la producción en macrófagos
del oxido nítrico (NO) y otras bactericidas, así como la secreción por estos macrófagos
de IL-1, IL-16, IL-8 y otras citoquinas.
Este
fenómeno de regulación negativa cruzada explica las ya antiguas observaciones
de que existe una relación inversa entre la producción de anticuerpos y la
hipersensibilidad de tipo retardado.
Los
macrófagos y otras células presentadoras de antígenos también producen citoquinas
que regulan a su vez funciones inmunes efectoras. La IL-12 se produce en macrófagos
activados en respuesta a infecciones bacterianas o de protozoos. Esta citoquina
provoca la proliferación de células NK y Tн1, que aumentan la producción de
IFN-y. Este interferon inmune ayuda en la mayor activación de macrófagos.
Los
macrófagos se ven inhibidos por IL-4 e IL-10 secretadas por los Tн2 (una manifestación
de la inhibición cruzada entre la rama especializada en la respuesta humoral y
la centrada en la respuesta celular ante parásitos intracelulares).
Otro aspecto que va
quedando claro igualmente es que la predominancia de una u otra de las dos
subpoblaciones de linfocitos Tн depende a su vez del microambiente de
citoquinas en que ocurriera la activación y maduración inicial a partir de
linfocitos en reposo.Presentado Grupo #4 : Paola, Lina, Milagros, Yoleidy, Maria Alejandra, Elizabeth, Juana y Lorens.
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